Normalmente cuando se habla de estrés se piensa automáticamente en los adultos. Sin embargo, los niños sufren a menudo de estrés sin saber exactamente qué les está ocurriendo o por qué. Según mi pediatra, el estrés en los niños es real y puede causar malestares físicos concretos como dolores de cabeza, dolores estomacales y hasta vómitos. Pero a los adultos nos cuesta pensar que lo que les está ocurriendo a nuestros hijos es un síntoma de estrés. Por otra parte, nosotros mismos tenemos dificultades en controlar y mantener a mínimo el estrés en nuestras vidas, lo cual nos dificulta aún más enseñarles a los más pequeños cómo lidiar con este mal de la vida moderna. Conversando con una amiga, me contó cómo su hijo comenzó a vomitar y hasta se escondió dentro de un armario para no tener que asistir a la colonia de vacaciones. Ella decidió permitirle quedarse en casa. Obviamente ir a un lugar nuevo, con personas desconocidas puede resultar aterrador, pero al mismo tiempo representa una oportunidad para aprender a adaptarse a una situación diferente. Es importante que nuestros hijos aprendan a identificar la causa que les provoca una reacción determinada y de esa manera buscar una forma de aliviar sus angustias y preocupaciones para que éstas no se conviertan en una fuente cotidiana de estrés.
Foto: Hemera/Thinkstock
mimosblog.com
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