Está comprobado que poca o demasiada autoridad no funciona con adolescentes

Es preciso fijar límites, pero llegando a acuerdos y con dialogo
Los padres con hijos adolescentes deben intentar evitar los extremismos cuando se trata de poner en juego su autoridad con ellos. Así como el autoritarismo provoca una mayor rebeldía de los jóvenes, la permisividad excesiva, puede hacerles sentir que no son importantes para su padre y madre. En el intermedio está la clave



Demasiada autoridad no funciona con adolescentes

Existen dos frases que para un adolescente, cuando la escucha de su padre, su madre o adulto a su cargo, pueden resultar irritantes por motivos diferentes: No harás eso porque Yo digo o Haz lo que quieres, me da igual. En el primero de los casos, estamos ante padres autoritarios, que buscan imponer límites a fuerza de gritos y discursos amenazadores y violentos.

Los padres de adolescentes suelen cometer el error de imponer poca o demasiada autoridad
Entre sus declaraciones, la artista pop admite que cuando mira al pasado se da cuenta que el infierno que le tocó vivir con su ex pareja fue parte de una prueba que Dios le puso para darle un llamada de atención. Ella considera que esa relación fue un punto de inflexión en su vida y que una vez superada, se pudo comenzar a sentir mucho mejor consigo misma.

Desde algunas líneas de la psicología, centrada en la adolescencia, se considera que en ambos extremos se provoca un daño en el desarrollo integral del joven, que aún necesita de la autoridad, bien entendida de los adultos. Es por ello, que se recomienda encontrar el punto intermedio, en implica un ejercicio de mando en el que se busque el dialogo e incluso el acuerdo entre partes, sin perder de vista que la última palabra la tiene siempre el adulto.

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