En la disposición que crece la esperanza de vida de la población en el mundo desarrollado, también acrecientan los estudios sobre la sexualidad en la madurez, con consecuencias a menudo extraordinarias.
Por ejemplo, se ha descubierto que una gran parte de las mujeres y de los hombres de 45 o más años de edad eligen llevar una vida sexual mucho más atrevida, lo que frecuentemente significa para la gran mayoría, experimentar con actividades relacionadas con lo prohibido, como conservar un intercambio de mensajes o pláticas eróticas con el cónyuge o pareja por vía telefónica o por medio de correos electrónicos.
Lo ha dejado ver un estudio de la AARP (Asociación de jubilados de los Estados Unidos) , según el cual podemos ver que más del 20 por ciento de las mujeres y hombres adultos han realizado actos sexuales en lugares públicos colmando su necesidad morbosa de correr el riesgo de ser descubiertos.
Por lo visto, a medida que se suman años, no sólo se prenden más velitas en la tarta de cumpleaños; asimismo se siguen incendiando los corazones y los cuerpos de la generalidad de mujeres y hombres.
Algo a tener en cuenta cuando vemos a un viejito en la calle y no pensamos en que, el también tiene una vida sexual y en muchas ocasiones, son mucho más atrevidos que los jóvenes ya que estuvieron una vida probando distintas maneras de consumar el acto e incluso inventando sus propios juegos sexuales.
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